“Las personas fueron creadas para ser amadas, y las cosas fueron creadas para ser usadas,el mundo va mal porque se ama a los objetos y se usa a las personas” (Jonathan Moldú)
Todo profesional acostumbrado a propiciar un cambio en los demás sostendrá que la relación de confianza no es algo deseable, sino imprescindible, en Psicología esa relación construye una "alianza terapéutica" sobre la que se basan todos los avances de la psicoterapia (necesaria pero no suficiente) y le damos una importancia tan crucial que sin ella sería literalmente imposible ejercer nuestra profesión.
Y existe una diferencia cualitativa importante entre propiciar un cambio para que ganemos los dos, y enfocarse solo en una de suma cero, estilo yo gano, tu pierdes, yo te vendo y tu me compras a pesar de que no necesites lo que vendo.
Los hay que viven hoy en día en contraposición a la autenticidad, los que parecen ser pero no son lo que parecen, envueltos en frases de Mr.Wonderful, dedicándose a iluminar a los incautos, predicando a diestro y siniestro, tal como escuche una vez a un coach de fama internacional "Todas las profesiones y relaciones humanas son una venta de algo a alguien, así que ¡vendete!" principios que terminan haciendo mella en sus creyentes, hasta tal punto que las personas terminan usando a otras como meros suministradores de recursos o productos de intercambio, dejándonos a los que todavía conservamos la humanidad con la agridulce sensación de ser estafados emocionalmente, como esos vendedores de colchones milagrosos, esos que curan todos los dolores con tal de que te duermas sobre ellos.
Casi todos hemos conocido personas así, con más o menos éxito, con una atención calculada y un tiempo meticulosamente planeado para cada uno de sus objetivos, mientras ponen todo su ahínco en seguir vendiendo, vendiéndose o ¡vendiendote! con más o menos odio, cinismo o amargura acumulada, con una falsa sonrisa que se esfuma cuando su falsa filosofía se derrumba; y sin embargo estos "expertos" en movilizar a los demás se quejan de forma infantil cuando al fin sufren un "ataque de conciencia" de que encuentran las relaciones de confianza inalcanzables, que sus novias o novios les dejan, que la gente de verdad termina odiándolos y huyendo de ellos como la peste, es el resultado inevitable de pensar que la vida es un mero uso exitoso de objetos y personas, que te quedas como Pedro en el cuento, de tanto mentir ya nadie te cree, y un día, tarde o temprano, el lobo se acerca de verdad.
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